Indiferentemente de la forma y el tamaño antes de planificar en detalle nuestro jardín, debemos tener clara la imagen mental de cómo queremos que luzca.
Qué clase de ambiente deseamos crear. ¿Nos gustan las líneas definidas y formales o más bien un aspecto más natural, emulando las formas caprichosas de la naturaleza?
Para tener claras estas preguntas podemos buscar nuestra fuente de inspiración en una revista o fotografías publicadas en diferentes medios. Sin embargo, no siempre es fácil ya que a veces nos gustan detalles de uno y de otro poniéndonos en una encrucijada a la hora de definirnos.
Esto no esta mal, solo debemos elegir de manera consiente lo que mejor se adapta a nuestro espacio y que tanto tiempo deseamos dedicarle a mantenerlo.
Aquí entra en juego nuestro estilo de vida ya que lo que deseamos es que nuestro jardín nos sirva y no sentirnos esclavos de él.
Para esto debemos asegurarnos de tener bien definidos los diferentes públicos de la casa o propiedad y los usos que se le darán a ese espacio.
Si se cuenta con el tiempo y los recursos para darle un buen mantenimiento al paisaje entonces, podemos pensar en un estilo formal donde se deba recortar arbustos y si además tenemos anuales y perennes necesitan tiempo y esfuerzo.

Por otra parte, si tenemos arbustos floridos agrupados, requieren una pequeña rutina de atención una vez que se han establecido y alguna poda ocasional.
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